SEGCOVID-2: Evolución de la seguridad del paciente y de los profesionales sanitarios entre la primera y la segunda oleada de la pandemia de COVID-19
Además de las millones de personas infectadas y fallecidas por COVID-19, la pandemia producida por el coronavirus SARS-CoV-2 ha puesto de manifiesto los déficits de los sistemas sanitarios, incluso aquellos que se les suponía de mayor calidad y seguridad.
Preocupados por este hecho, la Fundación por la Investigación, Docencia e Innovación en Seguridad del Paciente (FIDISP) y Sham España, mutua aseguradora especialista en el sector sanitario y sociosanitario (sociedad del grupo europeo Relyens) presentaron en junio de 2020 el informe SEGCOVID: Seguridad del Paciente y del Profesional durante la epidemia SARS-CoV-2 en España en donde, a través de encuestas realizadas a los profesionales, se analizaron los principales problemas de seguridad del paciente y del profesional que se produjeron durante la primera ola de la pandemia en nuestro país.
Tras ocho meses de evolución de la pandemia, FIDISP y Sham consideraron interesante repetir la encuesta. El objetivo de esta repetición fue analizar la variabilidad de los incidentes de seguridad del paciente relacionados con los cambios asistenciales surgidos por el mayor conocimiento de la enfermedad durante la evolución de la pandemia, así como conocer la repercusión que las medidas organizativas adoptadas y de protección con las que han contado los profesionales
Así, surgió el nuevo informe, titulado SEGCOVID-2, y que ha sido el protagonista del segundo encuentro digital #ShamOnAir, celebrado el pasado 22 de junio. En este evento digital participaron la Dra. Mari Cruz Martín Delgado, presidenta de FIDISP y el Dr. Santiago Tomás, director-gerente de la fundación, a quienes acompañaron también la Dra. Manuela García Romero, vicepresidenta del CGCOM y el Dr. Fréderic Fuz, director de Gestión de Riesgos de Sham en España.
Reducción significativa de los incidentes de seguridad del paciente según la encuesta SEGCOVID-2
“Entre la primera y la segunda oleada de la COVID-19 en España han pasado muchas cosas. Ocho meses separan la encuesta SEGCOVID-1 de la SEGCOVID-2 y lo sucedido en ese tiempo puede cambiar la ‘foto inicial’ que teníamos respecto a los riesgos en seguridad del paciente y de los profesionales sanitarios”, indica el Dr. Santiago Tomás.
Tras analizar y comparar los datos arrojados por ambas encuestas, se ha observado una reducción significativa de todos los riesgos en la seguridad del paciente (incidentes con el utillaje y equipamiento para realizar procedimientos, infecciones nosocomiales, errores o problemas de medicación, problemas con los resultados de laboratorio o errores diagnósticos, entre muchos otros). En algunos de los casos la reducción es superior al 50% de los declarados en la encuesta anterior. Y es que, tal y como explica el director-gerente de FIDISP, “la adopción de medidas organizativas de personal, la protocolización y el mayor conocimiento de la enfermedad han permitido una mejor atención, así como ir reduciendo progresivamente todos estos efectos adversos que en el informe SEGCOVID-1 arrojaban cifras escandalosas”. En definitiva, los valores obtenidos muestran una tendencia a la mejora de la frecuencia de los incidentes de seguridad, si bien algunos de ellos siguen estando por encima de lo considerado habitual o aceptable.
Aumento de la necesidad de ayuda para los profesionales sanitarios: segundas víctimas
Cuando los informes SEGCOVID-1 y SEGCOVID-2 hablan de seguridad del profesional sanitario, lo hacen tras el análisis de tres categorías: la salud profesional, la afectación de las relaciones interprofesionales y, por último la valoración sobre la disponibilidad de equipos de protección individual (EPI) durante su práctica asistencial.
“En la primera encuesta veíamos cómo el miedo de los profesionales a contagiarse o a contagiar a familiares o compañeros, era la mayor preocupación. Sin embargo, en la segunda encuesta, ocho meses después, comprobamos cómo lo que más preocupa a los profesionales son las repercusiones psíquicas y emocionales y la necesidad de apoyo psicológico”, explica el Dr. Santiago Tomás. A esta preocupación por su salud mental, le siguen las sensaciones de sobrecarga laboral, la dificultad para conciliar la vida familiar y la profesional e incluso la necesidad de tomar psicotropos. “Estos datos son preocupantes”, advierte el director-gerente de FIDISP y hay que sumarle la desconfianza que ha existido y sigue existiendo hacia las organizaciones sanitarias sobre las informaciones de la evolución de la pandemia y sobre las acciones que se estaban realizando.
El único punto positivo cuando se pregunta a los profesionales sanitarios sobre su papel en la gestión de la pandemia de COVID-19 es su sentimiento de orgullo por poder ser útil a la humanidad de alguna manera.
“Todo esto ha llevado a que actualmente el principal riesgo de seguridad para los pacientes sean los profesionales sanitarios. Están agotados y necesitan recuperarse”, indica el Dr. Tomás.
Para finalizar su intervención, el director-gerente de FIDISP apuntó cinco conclusiones que pueden extraerse del análisis de la evolución de la seguridad del paciente y de los profesionales sanitarios entre la primera y la segunda ola COVID-19 en España (SEGCOVID-2):
- La gestión de la seguridad del paciente ha de tener un enfoque proactivo, con una visión holística desde el liderazgo directivo.
- El impacto de los eventos adversos pone de manifiesto la necesidad de mantener los registros y evaluar el cumplimiento de las prácticas seguras.
- La diversidad de las prácticas asistenciales, la falta de previsión de recursos y de coordinación entre niveles ha perjudicado la seguridad del paciente en la pandemia.
- La variabilidad de los nuevos eventos adversos por la pandemia obligará a las organizaciones a innovar en seguridad del paciente y en sus resultados en salud.
- Hay que desarrollar estrategias de prevención y soporte del principal recurso de las organizaciones sanitarias: los profesionales.
Los profesionales de la salud no son héroes
Precisamente en la importancia de cuidar a los profesionales sanitarios ha basado su intervención en la presentación de los datos del informe SEGCOVID-2 la Dra. Mari Cruz Martín Delgado, presidenta de FIDISP, quien recordaba que “existen antecedentes importantes de cómo las pandemias o epidemias de otras enfermedades víricas a nivel global han impactado en los profesionales. Como el caso del virus del Ébola en África entre 2014 y 2016. Epidemia en la que el 50% de los muertos fueron profesionales infectados y aquellos que sobrevivieron presentan un alto nivel de estrés postraumático”.
Este ejemplo le servía a la presidenta de FIDISP para destacar el impacto, cada vez más relevante, de la pandemia por COVID-19 en los profesionales sanitarios. Y es que según un informe elaborado por Amnistía Internacional, Internacional de Servicios Públicos (ISP) y UNI Global Unión, “en el último año habrían fallecido al menos 17.000 profesionales de la salud por causa del coronavirus. Se trata de estimaciones que ni siquiera la OMS tiene claras: ya han puesto de manifiesto la falta de datos y de transparencia de muchos países y reclama que esta información llegue a toda la sociedad”, puntualiza la Dra. Martín Delgado.
Más allá de los terribles datos de fallecimientos de profesionales sanitarios en su trabajo por salvar al mayor número de personas en esta pandemia, surgen otra serie de repercusiones. Tal y como explica la presidenta de FIDISP, “muchos profesionales no tenían integrados en su día a día algunos conceptos, como el de distrés moral. Y en esta pandemia han visto cómo sus consideraciones morales eran vulneradas y percibían como inapropiados los cuidados que podían ofrecer. También ha aparecido la fatiga por compasión en la que existe un desgaste por empatía al estar en contacto con el sufrimiento de otras personas”.
Todos estos síndromes se relacionan con un desgaste profesional y ya hay evidencia en diferentes series de distintos países a nivel internacional de cómo esta pandemia ya está afectando a los profesionales de la salud con cifras muy llamativas de depresión, ansiedad, insomnio y estrés.
“El impacto físico y emocional de la pandemia en los profesionales sanitarios se traduce en un desgaste acumulativo a lo largo de estos meses, en los que los mecanismos restaurativos no parecen suficientes para mitigar el daño sobre su salud física y mental. Es necesario desarrollar estrategias de prevención y soporte que aseguren el bienestar del principal recurso de las organizaciones sanitarias: los profesionales”, concluye la Dra. Martín Delgado, quien recuerda que “los profesionales de la salud no somos héroes. Solo somos profesionales con altas expectativas y riesgos ocupacionales. Después de los aplausos puede que la sociedad nos de la espalda y aumenten las demandas sobre prácticas asistenciales que han ocurrido en un escenario diferente al de la praxis habitual, hecho que debería tenerse en consideración en caso de que llegasen a producirse dichas demandas”.
Cuidar a los que nos cuidan. Programas de ayuda a Segundas Víctimas y médico enfermo
La vicepresidenta del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), la Dra. Manuela García Romero, también ha participado en este segundo encuentro digital #ShamOnAir para analizar los datos de la encuesta SEGCOVID-2 realizada por FIDISP y Sham España. En su intervención quiso recordar a todas las víctimas y fallecidos en la pandemia por COVID-19 “con una especial mención a los 116 compañeros y compañeras médicos fallecidos y para los que aún siguen luchando contra las secuelas de esta terrible enfermedad”.
Si algo ha puesto de manifiesto esta pandemia -según la Dra. García Romero, ha sido la alta profesionalidad del personal sanitario en general. Pero, como representante del CGCOM, abordó el caso de los médicos en particular. Y es que, “independientemente de la edad (MIR y médicos jubilados) e incluso de la especialidad sanitaria, todos los médicos dieron un paso adelante para ayudar en lo que cada uno podía. Y hemos visto cómo la medicina privada y la pública, todas a una, han aunado esfuerzos para salvarnos de esta pandemia”.
El estudio SEGCOVID-2 concuerda en datos con el estudio que ha realizado la OMC entre médicos. Los profesionales están agotados tanto física como psicológicamente. Han aumentado el número de guardias, el número de horas semanales de trabajo -que ya eran muchas-, ha empeorado su salud autopercibida, ha aumentado el insomnio y el consumo de hipnóticos, los médicos se han enfrentado a dilemas éticos demasiado a menudo, el 30% ha pensando en algún momento en abandonar la profesión y el burnout está presente en el 60%.
Ante este panorama la Dra. García Romero ha recordado dos iniciativas de cuidado del médico que ofrecen los diferentes colegios de médicos de nuestro país y que son fundamentales ahora más que nunca. Por un lado, “el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME), que nació en 1998 en el CoMB, tras comprobar que en casos de litigio por malapraxis no había un mal médico, sino un médico que estaba enfermo. Se trata de un programa único en Europa para tratar patología de salud mental y adicciones en los médicos. Además, es garante de la seguridad de los pacientes, pues procura que sean atendidos por profesionales que estén en las mejores condiciones. Y, por otro lado, también en los colegios de médicos se están empezando a crear oficinas de segundas víctimas para apoyar a los compañeros implicados en eventos adversos a pacientes”.
Para la vicepresidenta del CGCOM lo que está claro es que “no debemos salir de esta pandemia igual que entramos. Venimos de un SNS sin recursos económicos suficientes para mantener unos estándares de calidad altos y esto, no nos engañemos, se ha logrado gracias a los profesionales sanitarios. Pero ellos sufren precariedad de empleo, falta de políticas de recursos humanos en salud, bajas y deterioradas retribuciones. Así, nuestro SNS se apoya en un personal que está abatido, indignado y cansado, tanto física como psicológicamente. Es el momento de trabajar, nuestro sistema sanitario necesita reformas muy serias”.
El aseguramiento de la responsabilidad civil en tiempos de pandemia
El Dr. Fréderic Fuz, director de Gestión de Riesgos de Sham en España, ha sido el encargado de cerrar este encuentro digital, aportando la visión de una aseguradora especializada en responsabilidad civil sanitaria en tiempos de pandemia.
El Dr. Fuz destacaba cómo en Sham han colaborado, aunque sea modestamente, al esfuerzo colectivo que ha realizado la comunidad sanitaria en la pandemia por COVID-19. “Hemos sido capaces de adaptar muchos de nuestros contratos en Urgencias, ampliando los perímetros de cobertura para incluir, por ejemplo, a los médicos de refuerzo que fueron convocados por hospitales y administraciones sanitarias -jubilados y estudiantes. También hemos incluido en las coberturas nuevos centros como hoteles medicalizados y hospitales de campaña”.
Este segundo estudio SEGCOVID-2 confirma las tendencias observadas del primero. Aunque los profesionales han tenido una mejor protección física, han empeorado su situación personal (estrés, ansiedad, dificultad para conciliar la vida laboral y familiar, y mantener buenas relaciones interprofesionales). Estas constataciones son motivo de preocupación, tanto a nivel humano como a nivel profesional y se ve que las mejores organizaciones, las más modernas, las más innovadoras, las más digitales no pueden funcionar si se alteran las condiciones de trabajo de los equipos. La calidad de vida en el lugar de trabajo se reconoce ahora como un factor determinante en la gestión de riesgos sanitarios y en la seguridad del paciente. El Premio Sham que otorgamos cada año incluye ahora una categoría de calidad de vida en el ámbito laboral y hemos recibido este año muchos proyectos en este tema, de sensibilización, de apoyo a profesionales de salud, etc.
Las reclamaciones relacionadas con la COVID-19 que Sham gestiona como aseguradora aportan información complementaria a los datos de las encuestas SEGCOVID-1 y SEGCOVID-2 “De todos los casos recibidos, aunque hay una parte que se refiere a daños materiales, hay una parte que crece en reclamaciones relacionadas con lesiones corporales y más de la mitad por el fallecimiento de un paciente. El 75% de los motivos de estas reclamaciones han sido por: organización de la asistencia, infección o error de diagnóstico. Y las principales especialidades médicas implicadas en las reclamaciones son Medicina Interna, Medicina Familiar y Comunitaria y Geriatría”. A pesar de que empiezan ya a llegar reclamaciones de este tipo, el Dr. Fuz es optimista, pues cree que “si el informe SEGCOVID-2 tuviera un carácter predictivo, la mejora de los datos obtenidos en lo que se refiere a riesgos en seguridad del paciente, junto a los beneficios de los programas de vacunación “nos daría motivos para el optimismo en un futuro próximo”.
📹 Si no pudiste ver el segundo encuentro digital #ShamOnAir, organizado por Sham, puedes verlo ahora siguiendo el enlace ➡️ https://www.youtube.com/watch?v=qozDTzwqIwM
📹 Si quieres conocer con detalle los resultados de la encuesta SEGCOVID-2 puedes descargarte el Informe haciendo clic sobre este enlace.
📹 Si quieres conocer con detalle los resultados de la encuesta SEGCOVID-1 puedes descargarte el Informe pinchando en este enlace.